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Channel: En un Acorde Azul
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EL HÉROE DISCRETO Y PERDIDO

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El libro aún estaba conmigo  en la fascinante escalera del Circulo de Bellas Artes de Madrid.

Esta es la segunda vez que me pasa. La primera lo fue con el libro Lo que el viento se llevó. Debía yo tener unos dieciocho años e iba con el tocho de hojas en la mano. Entré en una cabina para llamar por teléfono y después me fui, dejando allí el libro que nunca pude recuperar.


El lunes me volvió a pasar.

  Confieso que he estado leyendo El héroe discreto, fuera de casa: esperando en la cola del paro- iba acompañado a mi hijo- en el autobús, en el metro, en el Paseo de Recoletos, mientras me dejaba acariciar por los tímidos rayos de sol  y en la puerta de la biblioteca del Círculo de Bellas Artes.  

 Hasta aquí fue mi lectura, pero recuerdo perfectamente, cómo entré en el Instituto Cervantes, con él en la mano. ¿ Lo dejé en la silla vacía que se encontraba a mi lado, mientras oía  con voz bien timbrada las canciones acompañadas de guitarra y violín, intercaladas con las palabras de todos aquellos que celebrábamos el 25 aniversario de la editorial Verbum? No lo sé. ¿Lo dejé en el autobús de vuelta? Tampoco lo recuerdo y sin embargo, en mi casa no se encuentra. 

Me estaba encariñando con Felicito Yanaqué e Ismael Carrera, cada uno en su ciudad correspondiente, Piura y Lima. Ahora no śe que le pasará al primero por haber puesto su anuncio en el periódico diciendo a los extorsionadores que no piensa pagar. Y su amante Mabel, que había sido secuestrada, ¿qué destino habrá sufrido? Tampoco sé por dónde andarán Ismael Carrera y su mujer, antes criada , Arminda, en su viaje de novios ¿ Cómo habrán reaccionado sus hijos al saber el dislate de su padre? ¿ Qué pasará con Fonchito, el hijo de Rigoberto, y sus visiones?  ¿Serán verdad? ¿Serán mentira? Por cierto el juego erótico del padre de este chico con su madrastra Lucrecia, me encantó. Si no me pasé de estación de metro, fue de casualidad. ¿ El policía Lituma, logrará averiguar por fin, si la famosa arañita, era la dibujada por su primo José, o sólo serán recuerdos distorsionados suyos?

Ahí me he quedado y no puedo deciros en qué página. Lo que si que puedo apuntar  que es una delicia de libro, llena de intriga, ironía y humor y que me recuerda a Cervantes y su famosa obra. 

Tendré que volver a la calle Alcalá y preguntar en el Instituto Cervantes, por ver si el libro  se ha querido quedar en este recinto.  Y si no, lo compraré, porque no sé si lo hallaré en alguna biblioteca de Madrid, que con la crisis, apenas compran material. Yo no me quedo sin saber todas las incógnitas que me ha dejado Vargas Llosa y su deliciosa lectura. 





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